domingo, 17 de diciembre de 2017

Amor mío

Amor mío
En tus ojos el paraíso perdido
En tu sonrisa un ángel descansa

En tu mirada sospecha tengo y
en ella solo me consuela
un amor prohibido

En aquel mar blanco de posibilidades
Encuentro mi horizonte perdido
 limitado no por la razón
sino por aquel don

Divino.

viernes, 8 de diciembre de 2017

¿Desarrollo humano en la estructura del bien común?

Preguntarse hoy por un desarrollo humano es preguntarse sobre todo por el sentido, por la dirección que “ha tomado” el hombre en ese despliegue de su ser. He puesto: “ha tomado”, entre comillas, porque el hombre ha perdido el protagonismo activo de ese despliegue. El hombre “ha caído” en una postura de la pura potencialidad metafísica en un vacío constantemente llenado de no pocas superficialidades; a fin de cuentas, aquel hombre se ha dejado ser, sin criterio alguno de referencia.
No pocas veces, he mencionado el siguiente argumento y con cierto reparo, por que es posible la crítica directa de un positivismo histórico reflejado en una sociedad jurídica, también positiva, y al parecer, no terminamos nunca de escaparnos del paradigma positivo, ya Popper y Kunt estarían, más que irritados, por ese estancamiento de contexto sin superación.
La creación de los derechos humanos para reivindicar al hombre, valga la redundancia, es una creación que tiene como fuente directa la Paz Perpetua de Kant en aquella comunidad internacional de estados, y en aquella otra idea, que se debe recuperar, propuesta también por el filósofo prusiano: que todo hombre es siempre un fin en sí mismo y nunca un medio. Si bien, estas ideas, de comunidad internacional y de hombre como fin, son correctas, estas, están basadas, en el fondo, en un voluntarismo Kantiano de su imperativo categórico, cosa que ya fue criticada por Kierkegaard, en aquel vacío de obligación.
En fin, actualmente habría que reestructurar el propósito de la asamblea general hoy llamado ONU. Además, y esto es la segunda parte de mi argumento, es que la comunidad internacional por medio del derecho internacional ha tratado de “restituir” a un hombre ensangrentado de guerras, revoluciones y al fin de cuenta una lucha de opuestos heredado de Heráclito, que continúa derramando sangre de cabezas rodantes y cuerpos decapitados como aves expuestas en el matadero.
Debido a ello, es casi imposible “redimir” a un hombre ensangrentado si primero no sé se le cicatrizan las heridas más profundas de su existencia; aquel tercer punto de la estructura del bien común, es decir aquellos bienes espirituales, y como segundo punto, realizar un cambio de combustible al motor de ese desarrollo humano, por la propia salud del hombre.
Por último, la tercera parte de mi argumento, para encerrar la primera idea, es la carencia de un legislador internacional que obligue a los estados miembros. Todos los estados miembros se refugian en ello para sacar los pies del plato en el mismo instante de no ser beneficiados o en al mismo instante de ser limitado por participar en una comunidad internacional, que tuvo por principio la paz o aquella concordia como punto medio de la estructura del bien común.
El hecho de no existir alguna penalidad que obliga, ni siquiera moral, hace que los mismos estados miembros no se vean involucrados en un compromiso de “responsabilidad” para el desarrollo humano de su propia libertad. Y es aquí, donde se presentará la segunda idea del presente escrito. Uno de los problemas bases para hablar de desarrollo y sobre todo desarrollo humano: es preguntarse por aquello que impulsa o mueve ese desarrollo o, en otras palabras, cuál es ese combustible de aquel motor de la historia, el cual tiene como objeto y objetivo la libertad, la cual debería asegurar la responsabilidad social., ese ver a otro como yo me veo.
Ya sea el motor movido por una combustión de amor o por una combustión de lucha, que en todo caso no es el ideal, tenemos que hablar de una libertad, pero no ensimismada de sí, sino llena de contenido, y ese contenido es el de la “responsabilidad” no solo conmigo sino sobre todo con el otro, es decir una responsabilidad social.
Por ello, es necesario, antes que mostrar o presentar la idea de libertad como principio de todo orden jurídico nacional o internacional, creo que debería reformularse la cuestión de la libertad como principio, o por lo menos, que sea la misma libertad, pero con un contenido lleno de responsabilidad social, sino terminaremos como lo estamos haciendo, construyendo un paraíso no de gracias, sino de deudas, que ha terminado por matar y adeudar a la vez, una dimensionalidad que de por sí, es inherente al ser humano por ser humano.
Sin esta idea de libertad llena de contenido no se podrá establecer la estructura del bien común y olvidaremos aquel bienestar espiritual, que como bien acabamos de mencionar es una dimensional natural del ser humano en tanto hombre. Como ya sostenía Sófocles, hay cosas misteriosas, pero ninguna como el ser humano; y en tanto que es misterio, habrá que correr ese hermoso riesgo de la fe, tal como sostuvo Platón.
Hoy en día, hablar de desarrollo humano se quiera o no, nos llevará a aquella organización internacional, para referirnos a una serie de documentos que nos hablarán de un combate: a la pobreza, a las enfermedades, psíquicas o físicas (buena salud) a la discriminación, y demás puntos que se pueden observar en el siguiente circulo expuesto en el PNUD.




El primer problema de esto es que no salimos de aquel estado positivo que no hace otra cosa que llenarnos de encuestas sesgadas de realidad irreal. Por que no expresa lo que es la persona en sí, aquel misterio desenvolviéndose en el tiempo. Y el segundo problema es el que trataré de mencionar a continuación, y creo yo, a simple opinión, es un error pequeño, pero de una gran profundidad, que de no percatarse y de no arreglarse no seremos capaces de salir de aquel estadio positivo, que es el primer problema.
Hace poco leí un libro de Santiago Ramírez, donde el autor sostiene que la filosofía era un saber de la humanidad, y que no podía reducirse a su aspecto metafísico, del estudio de las cosas por sus ultimas causas. Y de esta pequeña critica me surgió una cuestión que me sigue intrigando, como “daimon” socrático, si la filosofía es propuesta en una visión sesgada de lo que es ella misma; de ello se deduciría la siguiente: la no comprensión del mismo ser humano. Quiero decir, si la filosofía es el estudio de las cosas por sus ultimas causas, dejamos que las demás partes de la filosofía agarren este cliché, por ejemplo, la antropología, no pocos manuales la definen como aquel estudio del hombre por sus ultimas causas. Y he aquí, el error.
Si tomamos la tradición de la filosofía y su división como lo son las partes de filosofía; es decir: filosofía del ser, la filosofía del conocimiento y de la ciencia y la filosofía del hombre, de las cuales se presentarán otras subdivisiones, ellas nos mostrarán la recuperación de la pluralidad de dimensiones de lo que es el hombre y no solo su aspecto metafísico.  Y he aquí que estas partes de la filosofía nos revelará no solo la pluralidad de dimensiones del ser humano sino sobre todo nos revelará la interrelación de estas, de donde se desprenderá además la idea del hombre como un ser de relaciones.
Por ello, de la división de la filosofía y del estudio de sus partes brotaran no pocas nociones ni pocas ideas de lo misterioso del hombre, lo cual lo expondré en el siguiente cuadro.
Las partes de la filosofía como una autocomprensión del hombre:
Lógica: pensamiento humano: Es la auto comprensión del hombre, como ser pensante
Ética: comportamiento humano: Es la auto comprensión del hombre, como ser moral
Metafísica: el ser del ser humano: Es la auto comprensión del hombre como substancia
Física: estructura del ser humano: Es la auto comprensión del hombre, como ser físico
Política: naturaleza del hombre: Es la auto comprensión del hombre, como ser político
Economía: naturaleza económica del hombre: Es la autocomprensión del hombre como ser económico por naturaleza.  El AFAN DE LUCRO ES NATURAL AL HOMBRE.
Sociología: naturaleza social del hombre: Es la auto comprensión del hombre, como ser social

Así entre todas las subdivisiones de las partes de la filosofía, nos harán ver que la realidad del ser humano escapa a las solas estadísticas y que incluye más dimensiones que son propuestas por la ONU es su informe sobre el desarrollo humano (PNUD); y lo más importante, de esta postura, la cual propongo, por decirlo de alguna manera, nos muestra que el hombre se auto comprende como un ser de relaciones que se justifica en la filosofía. Por ello las palabras de B. Russell. “El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre el mundo tiende a hácerse preciso, definido, obvio; los objetos habituales no le suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a filosofar, hallamos, por el contrario, como hemos visto en nuestros primeros capítulos, que aun los objetos más ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy incompletas. La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la tiranía de la costumbre...”
 Mientras no se tenga en cuenta esto y la naturalidad del ser humano respecto a la filosofía y sus partes. No podremos hablar de un desarrollo humano integral y universal tal como es propuesta en el PNUD. Debemos recuperar la tradición de lo que es el hombre, enmarcada por grandes pensadores como lo fueron, Platón, (Timeo y Banquete) Aristóteles (Acerca del alma e Historia de los animales de Aristóteles) Marco Tulio Cicerón (Tratado sobre la naturaleza de los dioses, que al igual que Aristóteles y hasta al mismo Descartes hace un estudio anatómico de lo que es el hombre), San Agustín, Santo Tomás, Boecio, Marcel, entre otros.
Por lo tanto, el desarrollo de la persona humana tendrá como pilar un triángulo, donde en cada ángulo se asentará cada columna. El ser social, el ser político y el ser teleológico; donde no haya, donde no se afinque esta relación tripartida, el hombre perderá aquella dirección de la cual hicimos mención en el primer párrafo de este ensayo, pues no todo desarrollo es un progreso ni todo progreso es un desarrollo pues donde no haya una reconciliación entre progreso y desarrollo en la idea correcta y buena del ser humano, se vivirá en una mezcla de admiración por los progresos técnicos y una angustia por los propios éxitos.