El siguiente trabajo
tiene por objetivo presentar el desarrollo de la idea [1] del problema de Dios
en la historia de occidente, y lo haremos: planteando tres historias
“paralelas” a modo de la dialéctica hegeliana. [2] La primera será la “historia
de la salvación” donde se presentará a Dios no como problema, sino que él mismo
se presentará siempre como respuesta. La segunda visión de la historia, la
llamaremos “historia del sentido común” donde presentaremos a Dios como
problema epistemológico, antropológico y metafísico. [3] Por último,
presentaremos la visión de la historia según Marx, donde Dios deja de ser
problema y respuesta alguna. [4]
a) Historia de la
salvación, qué dice Dios de sí mismo “yo soy el que soy”
De Dios ¿Qué es lo que
podemos decir? Podemos decir muchas cosas si partimos de un punto de vista
antropológico filosófico y podemos decir otras tantas si partimos de una
antropología teológica, pero lo que nos interesa precisamente aquí no es lo que
podemos decir de Dios o de lo que no podemos decir de él, lo que nos interesa
saber es: “Qué dice Dios de sí mismo”; por eso presentaremos tres religiones,
que poseen un tronco común, donde Dios habla de sí mismo dentro de la historia
de occidente.
a.1) El Judaísmo.
Es una de las tres
grandes religiones monoteístas, su principio es la Tora. El judaísmo es una
religión, como bien ya hemos dicho, pero no sólo es eso, también es una
tradición y es una cultura; es decir, una nación o pueblo que tiene una Alianza
con Dios uno y único.[5] Aquí no trataremos de hacer un tratado teológico sobre
el judaísmo pues no es nuestro propósito, tan sólo escucharemos de Dios lo que
dice de sí, por esto hemos recurrido a Éxodo 3.14.[6] Dicha cita nos revela la
existencia indudable e innegable de Dios, pues él mismo se manifiesta como
“primera persona” simplísima una y única, es decir: se revela como una
“existencia absoluta” con una “autoconciencia objetiva” de aquella existencia.
Otra pista en Ex.3.14.
Dios se revela como no indiferente a lo existente (creado), es decir: vemos a
Dios pedir a Moisés que hable en su nombre; lo cual nos revela que la
autoconciencia existencial del “Yo soy”, busca su autorrealización,
concretización, en la historia, a la que hemos denominado historia del sentido
común, en propio beneficio del pueblo de Israel; pero aquella exteriorización,
encuentra su primer limite, precisamente en el pueblo escogido; por lo cual no
se dará propiamente el despliegue de la idea de Dios, no porque lo divino no
quiera realizar su propio concepto, sino que la realización de lo divino es
limitada por la existencia de autoconciencias subjetivas, en conjunto, que no
coinciden con la conciencia absoluta.
a.2) El Cristianismo.
Es otra de las grandes
religiones monoteístas; en el cristianismo al igual que con los judíos, a Dios
lo conocemos por sus propias manifestaciones, promesas, alianzas, entre otras
cosas, pero la gran diferencia es que en el cristianismo Dios se revela como
Padre por medio de su Hijo, que era aquella “Palabra” no pronunciada del
génesis (“y llamo Dios”, “y dijo Dios”) o en Juan 1,1., donde la palabra se
hizo explicita.
Al igual que en los
judíos, por compartir el tronco común de la fe; nos encontramos con la misma
cita bíblica: Éxodo 3.14. Donde vemos la idéntica idea de autoconciencia
absoluta, dispuesta a cumplir su propio desarrollo o despliegue en beneficio
del hombre en la historia del hombre; pero al igual que en la religión judía,
en el cristianismo Dios se encuentra siempre limitado ya no por un pueblo o
nación sino por aquellas conciencias subjetivas particulares, (religión
personal) que ya no niegan la alianza de Dios sino que niegan la misma realidad
de Dios, pues niegan al Hijo, que es Dios mismo; no ven más allá de su propio
interés personal, pues prefieren siempre el primer pecado cometido por los
primeros padres; “el ser como dioses”, aquel autoengaño; que siendo seres de
autoconciencias particulares contingentes se creen seres autoconscientes
absolutos.
a.3) El Protestantismo
Es el grupo de cristianos
que se separó de la Iglesia Católica Romana por medio de la reforma protestante
en el siglo XVI. [7] En síntesis el dogma protestante se puede resumir en tres
pilares: la “Sola Scriptura”[8] la “sola Fide”[9] y por último el “solus
Christus”. Con lo cual se llegará a entender la exaltación el sacramento del
bautismo, aquella universalidad del sacerdocio, ya que, exaltando este
sacramento, no se necesitarán ni pontífices, ni obispos, ni sacerdotes
consagrados.
Ahora bien, para ellos,
Dios también se presenta como aquel: “yo soy el que soy” del Éxodo; con lo
cual, como en los anteriores casos, Dios nos revela su naturaleza, y su propio
desarrollo en beneficio del hombre, es decir aquella historia de la salvación.
El problema aquí se presenta cuando el desarrollo de la propia idea de Dios, ya
no es como Dios quiere, sino a modo de la voluntad del hombre protestante. Otra
vez, prima el interés de las conciencias subjetivas parcializadas sobre el
concepto y la realización de la idea del absoluto, es decir: Dios.
En forma de primera
conclusión: La primera idea que Hegel tuvo de Absoluto, de infinito, fue
heredado de estos tres grandes sistemas teológicos, sobre todo del
protestantismo por su formación en el Seminario de “Wurtemberg”, de donde heredó,
además y consecuencia de lo primero, la forma de lejanía (de no reconciliación)
con Dios y con las cosas. [10] Y esto era lo que precisamente le preocupaba a
Hegel, la relación entre finito y finito, ese: Ἓν καὶ Πᾶν”, de Jenofonte y de
los Eleatas. Por esto nuestro filósofo propone una nueva “Weltanschauung” donde
lo infinito y lo finito se reconcilian de manera racional, pero al
reconciliarse de esta manera; el Dios protestante (que ha sido tomado de un
Dios cristiano como lo ya hemos visto) se convierte en Dios-Idea, es decir un
Dios inmanente; y así quedará completamente justificado el todo (esa relación
finito-infinito) en el método hegeliano, “la dialéctica”.[11] Dios se
despersonaliza para convertirse en Dios actuante o fuerza creadora.
b) La historia del sentido común.
Aquí presentaremos a Dios
como problema epistemológico, antropológico y metafísico. Para esto será
necesario dividir la historia como tradicionalmente se ha hecho, es decir,
Grecia, Medieval, Moderna y contemporánea o el paso hacia ella, con lo cual
veremos el olvido intencional de aquella máxima realidad; y, por lo tanto,
veremos las consecuencias directas e indirectas de la vida en el estado.
b.1) Grecia
El problema de Dios en
Grecia, no es tanto un problema de existencia, sino ante todo es un problema de
determinación del problema; pues el común de griegos vivía ya en presencia
constante de divinidades en la cotidianidad de sus vidas. Ante esta realidad,
se daba otra, menos amplia que la anterior, y era el de la gente pensante;
como, por ejemplo: Protágoras, quien dudaba de la existencia de los dioses o
Diágoras de Melos y Teodoro de Cirene quienes negaban la existencia de los
seres superiores. [12]
Ahora bien, cuando nos
referimos a la determinación del problema, nos referimos a la coincidencia o
reconciliación o no del “primer principio” de los filósofos (gente pensante)
con aquellos seres superiores o ser superior. Es obvio, bajo este contexto, que
los dioses han existido desde siempre; y los filósofos antes de hacer filosofía
ya se habían encontrado con estas realidades, a las cuales sólo se limitaron a
aceptarlas, heredarlas, y hasta tal vez perfeccionarlas, y es aquí donde nos
encontramos nuevamente con el problema de Dios: La “purificación de los dioses”
de las obras de Homero, Hesíodo o del diario de la época griega. Lo cual llevaría
a los propios olímpicos a su propia catástrofe, pues serían sustituidos por una
visión “académica” de la concepción de dios. (Pues sólo uno puede ser el primer
principio, por necesidad lógica)
El problema que ahora se presenta
es la posible divinización de cada principio filosófico, con lo cual
llegaríamos al materialismo panteísta de los estoicos, por eso bien o los
desdivinizamos y lo llamamos de algún otro modo, (principios puros filosóficos)
o separamos la divinidad de dichos principios, tal como lo hizo Aristocles,
nunca llamo a la idea del bien, dios. El que si realizo el primer gran giro fue
Aristóteles, pues fue él quien conjugo la relación entre primer principio
filosófico y la noción de dios, al nivel esencial. El estagirita sostuvo que el
primer motor del universo aristotélico es también el dios supremo; lo cual
traería por los menos dos consecuencias concretísimas; que son las siguientes:
a) la positiva, la ganancia para el principio filosófico (lo que antes hemos
llamado purificación) y b) Lo negativo, como ya también hemos mencionado, los
Olímpicos perderían su divinidad; con lo cual se ganaba una teología racional,
pero se perdía una religión.
b.2) Medieval
El problema de la
existencia de Dios para la edad media no fue realmente un problema, pues se
partió de la idea de la existencia autorevelada como Verdad.[13] Si queremos
ver algún tipo de problema en esta edad tendremos que cambiar de perspectiva;
es decir, el problema no se presenta de manera vertical descendente sino de
modo vertical ascendente. El problema no es de Dios ni es Dios; el problema es
de la filosofía cristiana, que busca una verdad, que posee de antemano. Lo cual,
haría de la búsqueda, un sinsentido; pero esta actitud no fue la de ordinario
en los inicios en esta edad, sino todo lo contrario, pues vemos que el gran
problema de la filosofía cristiana era tratar de “justificar” racionalmente el
hecho del dato revelado, con el objetivo de no caer en una interpretación
errónea de la fe.
Entre las más grandes
relaciones entre fe y razón tenemos a Agustín y Plotino; y Aristóteles y Tomas
de Aquino; estos filósofos cristianos buscaron en los sistemas griegos el modo
de hacer comprensible, para enseñar a la vez, lo que Dios proponía al hombre.
Por ejemplo: Agustín encontró sin duda en las “Enneadas” de Plotino tres
nociones fundamentales del cristianismo: donde en el Uno veía al Padre,
principio absoluto; en el NOUS vería al Verbo, que es la inteligencia que
piensa la totalidad de las cosas, y en el ALMA vería la creación. El otro gran
encuentro fue la del estagirita con el “doctor angelicus”. Santo Tomas encontró
en el sistema Aristotélico la coincidencia teórica (“esencial”) del primer
principio filosófico con el principio religioso, obviamente ya purificado de
los dioses olímpicos. Santo Tomas encontró en la naturaleza del “Noesis
Noeseus” la naturaleza esencial del Dios revelado, del “Qui est”.
Acá quisiera rescatar la
cristalización por parte de Santo Tomas de aquella elevación del plano natural
teórico al plano natural practico, es decir pasar de la esencia, de esa idea de
pensamiento de pensamiento a la realidad de la existencialidad del Dios
revelado, así la filosofía cristiana encuentra de nuevo el sentido de su
existencia en el plano más puro de la filosofía, es decir aquella metafísica,
siendo esta el plano último de la razón natural.[14] Antes de entrar a la
modernidad, veremos muy brevemente dos autores específicos para entender el
cambio de paradigma epistemológico antropológico y metafísico al problema de
Dios.
a)
Guillermo de Guillermo de Ockham: “el principio de la navaja”
El problema de Dios se
dio por su propuesta mal llamada “Nominalismo prudente”. El nominalismo no
aceptaba la idea de los universales, pues pareciera que estos, creados por el
hombre, limitarían la omnipotencia divina. Lo que no considero Ockham es que su
propuesta tuvo como consecuencia práctica la eliminación parcial y mal
entendida de los universales, ya que se les concebía como meros signos de
realidades singulares, eliminando así todo tipo de conocimiento análogo o
metafísico.[15] Estas realidades singulares recayeron en una nueva creciente
epistemología llamada “intuicionismo”, es decir que el motor del conocimiento
se basaba en la “intuición sensible externa al sujeto”[16] y en la “intuición intelectual del
mismo”.[17]
b)
Galileo Galilei.
Propone el método
matemático con el cual desvelaría el misterio de la bóveda celeste. Así el
universo y el conocimiento dejaban de ser contemplativos, especulativos para
ser utilitarios, es decir el domino de la naturaleza por medio de la técnica.
El universo es presentado como una gran máquina, donde Dios sólo fue el
relojero que lo diseño y lo puso en marcha. Si bien Galileo no quiso, ni supo
las consecuencias de su propuesta, sus seguidores hirieron de muerte a la
astrología, mitología, epistemología, antropología y a la metafísica;
desmitificando así al hombre y al cosmos, cayendo así en el secularismo. [18]
b.3) Moderna
Habiendo pasado por los
griegos y por la edad medieval, y de a ver visto de manera minúscula el
tránsito hacia el renacimiento, y lo que significó el cambio de paradigma del
universo y del hombre, ahora podremos entender mejor la transición de la filosofía
medieval a la modernidad, ese cambio en la condición social de los propios
filósofos, pues los filósofos por lo general eran clérigos, y tenían como fin
la propuesta agustiniana de la ciudad de Dios. [19]
Ahora, con el cambio de
perspectiva del pensamiento, se pasa de la filosofía especulativa al
conocimiento matemático, así la filosofía se perfilará como una ciencia
positiva más. Descartes al ser heredero de dicho método pretendió buscar en sí
mismo un “principio filosófico” en contraposición de la sabiduría de la
religión, de la teología, y de la filosofía cristiana, pues estas estaban más
allá de nosotros mismos. Descartes tenía que valerse de la razón natural,
determinada hacia fines temporales prácticos, a buscar dicho principio. En el
fondo era un volver a separar lo que ya estaba unido por la revelación, era
volver a la época griega de no coincidencia de principios.
No entraremos a explicar
la teoría de Descartes, pues nuestro único propósito es llegar a dos
conclusiones muy concretas; La primera: es que la idea de Dios surgida con
Cartesius, es completamente diferente a la que se manejaba en la tradición,
Dios ya no es esa plenitud de ser en sí mismo, “El que es”, (plenamente auto
subsistente, autosuficiente, autoconsciente). Ahora Dios es una especia de
infinita energía de autoexistencia. “Ahora Dios es ya no el que es, sino el que
crea”. La segunda conclusión: tiene relación directa con nuestro autor, tanto
Hegel como “Cartesius”, parten de un nuevo absoluto, de una “idea”, que en
Descartes se presenta como “Je pensé donc je suis”. Y en Hegel, se presenta
como aquella idea de libertad, de “Geist”, que se despliega “creando” en el
tiempo.
Este primer principio del
idealismo o del racionalismo cartesiano es en el fondo un acto de la razón
práctica, que deja abierto las puertas al voluntarismo subjetivista que eclipsa
el conocimiento analógico de la verdad, por lo tanto combate todo tipo de
metafísica; desarrollando así una nueva epistemología para sostener su
absoluto, que es la razón misma entregada a la acción, (dialéctica) como
aquella fuerza creadora de realidad, oscureciendo así al ser; con lo cual se
abren las puertas a la nueva gnoseología del pensamiento.[20] “Todo lo real es
racional y todo lo racional es real”
b.4) Contemporánea o paso
a la contemporaneidad
Si bien el problema de
Dios en la época contemporánea está dominado por el criticismo de Kant, y el
positivismo de Comte, con sus respectivos “neos”[21] Veremos cómo en Hegel el
problema de Dios deja de ser propiamente problema para la religión y se
convierte un problema para la filosofía idealista, pues lo único capaz de
expresar ese Absoluto de forma propia es la filosofía y sobre todo la filosofía
práctica.
El problema de Dios para
estas circunstancias y lo diremos con las palabras de Gilson: “Dios se
manifiesta mucho más como presencia confusamente sentida que como respuesta a
problema alguno” o en palabras de Xabier Zubiri “Dios, acaba por constituir uno
de esos vocablos que designan más que una realidad precisa, una nebulosa indefinida,
turbia y confusa al margen de nuestra vida” [22]
Para Hegel, en el fondo,
la idea de Dios es aquella idea absoluta cartesiana, fuente de creación no
identificada en el yo (Ex3.14), sino identificada en el proceso dialectico; que
tiene como fin, seguir siendo absoluto, y teniendo como principio el
reconciliarse consigo mismo, lo cual marca su pauta inmanentista [23]
La preocupación de Hegel,
esa “Versöhnung” entre finito y finito, lo podemos atribuir a dos fuentes: a)
La sagrada escritura. Rom. 5,10, 2 Cor. 5,18-20 algo contradictorio, pues si la
reconciliación tiene que ser racional, no olvidemos que para los protestantes
la razón por su naturaleza no puede reconciliarse con la fe. b) La propuesta
del filósofo B. Spinoza, quien construye un sistema cuasi religioso panteísta
en el que lo infinito y lo finito, se implican mutuamente en un único ser
substancial, y así une lo que Descartes había separado, por heredad del
intuicionismo Ockhaniano; une la “res extensa” y la “res cogitans”.
Ahora el propósito de la
reconciliación era que el hombre, por el saber racional, podría lograr el ideal
de felicidad propuesta en vano por los ilustrados, dicha felicidad en Hegel
tendrá que ser traducida en libertad, que se logra en el “reconocimiento
racional” (“bie sich sellbest sein”) y por lo mismo “ser perfectamente libre”
(“bei sich selbest und also frei”)
Hegel en sus principios
de la filosofía del derecho nos propondrá el despliegue de la idea de libertad,
(motor de su pensamiento), despliegue que va desde su mayor “abstracción” (ser
en cuanto, lo inmediato indeterminado) Hasta su mayor “concreción” (es decir de
la idea a la idea absoluta). En el fondo Hegel propondrá el despliegue de la
idea de libertad como el camino que se hace caminante-espíritu- en su propia realización,
que es aquella reconciliación entre lo infinito y lo finito.
Dentro del sistema de la
filosofía del derecho encontramos un claro camino del espíritu que buscar su
universalidad y pasa varios momentos de transición, veremos los más importantes
y de modo general tratando de explicar el porqué de cada uno de ellos. La
propuesta Hegeliana sobre todo tiene dos fines la reconciliación ya varias
veces repetidas y el combate contra el proceso de la modernidad que es la
atomización de la sociedad, encerrada en la legalidad (derecho abstracto) y la
moralidad (derecho subjetivo). Hegel pretende y creo que lo logra una totalidad
orgánica, en la que el individuo vive inmediatamente su libertad.
Sistema de Derecho.
a) Derecho Abstracto (o
voluntad abstracta exterior)
El derecho abstracto es
la primera parte o la primera esfera en que el espíritu se entrega a la acción,
y es abstracta porque el individuo no puede llegar a alcanzar la universalidad
(reconciliación) de forma inmediata; pues si seria de esta manera, si no se
daría un despliegue o un proceso, se terminaría por anular al propio individuo
en su nivel más esencial, ese ser abstracto expresado en el concepto de
persona; por lo tanto dicha determinación no puede ser de otra manera que
abstracta y sólo como voluntad exterior. Es decir, aquella enajenación de mi
libertad en la exteriorización de la cosa en sí, por esto la libertad o
voluntad se presenta con un carácter deficiente, pero igual necesario para el
culmen de dicho proceso.
b) Derecho Subjetivo (o
moralidad/ “moralität”)
Es la esfera del retorno,
de la vuelta en sí del espíritu, de aquella interioridad de la cosa. Por eso
Hegel planteará la lógica de sujeto, de allí el ámbito de la subjetividad. Esta
esfera queda al mismo tiempo delimitada y excluida por el derecho abstracto.
Aquí Hegel realiza una crítica a Kant, pues sostendrá que un imperativo nunca
encerrará en si la universalidad, ya que no supera su propia interioridad, al
no entregarse al despliegue, y por lo tanto nace el aspecto negativo de la
voluntad, su ser peligrosa. En esta esfera nos moveremos en el plano de la
acción del individuo, donde se tendrá en cuenta: “el propósito, y la
responsabilidad”, “la intención y el bienestar”, y “el bien y la conciencia
moral”, que en resumidas cuentas lo planteamos como lo conocido, lo querido y
lo actuado.
c) Derecho Absoluto
(Eticidad)
Es el culmen de las dos
esferas anteriores, constituye lo más original de la propuesta hegeliana. Es el
estado como unidad orgánica autárquica en lo que lo particular, individual y lo
universal se relacionan entre sí, de tal manera que cada uno de los momentos
tenga en si a los demás y no permita la independizarían de ninguna de ellas. Lo
que pretende Hegel aquí es evitar una sociedad sin estado y un estado sin sociedad
civil. Hegel, por lo tanto, pretende en el estado dicha reconciliación, volver
a aquella unidad a partir del desgarramiento del mundo moderno en las primeras
esferas, donde se hunde la subjetividad individual y el hundimiento de las
relaciones interpersonales al no alcanzar la objetividad realizada. El estado,
por último, tiene su fin (no de termino si no de plenitud) en la historia
universal, donde queda superada la división entre el querer subjetivo de la
libertad y su existencia objetiva.
C) Historia según Marx.
Para Marx la historia es
el despliegue dialectico de la materia, marcado fuertemente por la “lucha de
Clases”, presentaremos esta visión con el propósito de entender el porqué de
las propuestas bioéticas atentan contra la vida del ser humano, entendida como
antítesis de la propuesta hegeliana, la destrucción del espíritu.
Marx sostiene que la
“historia” se divide en dos “etapas”; en primer lugar, tenemos el materialismo
dialectico, que corresponde desde la nebulosa de Laplece hasta la producción
del hombre, la que da inicio a la segunda etapa correspondiente al materialismo
histórico, que expondremos de manera muy sucinta [24]
1) Época originaria
(tribal) sin clase sociales. se caracteriza por sociedades patriarcales.
2) Época esclavista. El
amo vive en la ciudad y el esclavo vive en el campo, se caracteriza por la
oposición entre aquellos, unos viven del trabajo de los otros. No se da
propiamente la conciencia de clases sociales.
3) Época Feudal. Se
caracteriza por los roles del señor feudal y el siervo, que viene a ser el
esclavo, ambos viven en el campo, la diferencia que el señor feudal vive en el
castillo y los siervos alrededor de aquellos.
4) Época capitalista. Se
caracteriza por el amo, que es el señor Burgués y el esclavo que viene a ser el
obrero, ambos se encuentran en la ciudad. [25] Es necesaria una dictadura del
proletariado (socialismo) para que por fin se dé el ideal de la época
comunista.
5) Época comunista, es
una época sin estado, sin clases sociales, sin propiedad privada, en el fondo
una propuesta agustiniana, el paraíso o edén. No se daría un caos porque todos
nacemos buenos por naturaleza.
Solo teniendo este tipo
de visión, entenderemos a lo que una propuesta personalista enfrenta: [26]
a) Propuesta Socio-biologista:
Donde se plantea que los valores de la Eticidad o moralidad evolucionan en
simultáneo a la evolución de la sociedad, aquí el hombre se presenta no
substancialmente diferente a las demás especies. El rol de la ética es mantener
el equilibrio. Asume el evolucionismo y el reduccionismo antropológico. Los
valores se cambian al mecanismo de adaptación y selección de la sociedad actual
que ha logrado su maduración racional. Olvido del absoluto y por lo tanto de
Dios. El hombre puede crear a otro hombre.
b) Propuesta Liberal:
aquí se plantea el subjetivismo moral, basándose la moral en la capacidad de
elegir de moto autónomo el propio bien; así puede eliminar a cualquier
individuo desde sus primeros estadios de vida como hasta en los últimos. Esta
propuesta abre las puertas al relativismo o pluralismo ético. Su dogma, no se
puede fundamentar la moral sobre hechos o valores objetivos y trascendentes.
Prima el principio de autonomía sin ningún contexto. La libertad es el punto de
referencia suprema, dirimente, es aquella libertad de la revolución francesa,
libertad sin ningún tipo responsabilidad. Libertad solo para quien pueda
expresarla y hacerla valer, en conclusión, es un egoísmo subjetivista, por lo
tanto, una voluntad de poder.
c) Propuesta
Pragmática-utilitaria, aquí se plantea una ética pública sobre la base de
normas éticas individualistas basadas en la calidad y el bienestar de vida,
bajo el principio “ético” costo-beneficio, con el cual es imposible llegar a
verdades universales. La vida es reducida a lo económico y a lo biológico, que
son las realidades menos profundas de la existencia humana.
d) Propuesta
Contractualistas: aquí los dilemas éticos son iguales a las disputas políticas,
las cuales deben resolverse pacíficamente, por medio de un consenso,
“democracia internacional” donde el criterio ético es el acuerdo intersubjetivo
estipulado en la comunidad ética. Persona capaz de hacer acuerdos morales,
estas personas se presentan ya no de manera natural, ahora se presentan de manera
jurídica positiva.
Por lo tanto, podemos ver
dentro de estas propuestas un punto en común, que es el materialismo dialectico
propuesta por Marx, bajo los auspicios del conocimiento matemático de galileo.
“Todo lo real es racional y todo lo racional es real” en el ámbito de la
materia, por eso tenemos expresiones como esta: la materia no se crea ni se
destruye solo se transforma, con lo cual es plano trascendental del ser humano,
el alma y Dios y el mundo quedan fuera de todo tipo de realidad. Así el hombre
reducido a dicha materialidad de su ser, nacen las semillas de la propia
destrucción del ser humano. El hombre es reducido al servicio de la ciencia, en
el contexto de un estado creado por la razón, por eso en nuestra realidad
encontramos realidades como las siguientes:
· El aborto [27]
· La eutanasia [28]
· La fecundación in vitro (FIVET/ TERAS)
[29]
· La clonación [30]
Conclusión
El problema de Dios, tan
poco mencionado entre nuestros personajes actuales se convierte en una
importancia vital para el ser humano, pues sin Dios, el hombre pierde sentido
de su propia existencia y se entrega al servicio de la ciencia reducida a la
técnica. Incluso en autores propiamente filosóficos como el que hemos tratado,
hay una idea de Dios, si bien algo contrario a la trascendencia y por lo cual
se hace confusa nuestra existencia. No por ello se dejó de ver la idea de esa
universalidad, de ese absoluto en la vida del hombre. Sin esa Idea el hombre se
entrega, vende su alma al nihilismo, desgarrando su naturaleza de creatura y
pasa a ser un objeto más entre otros tantos. Como diría F. Dostoyevski, “Si
Dios no existe todo está permitido”
[1] Idea que para Hegel,
presupone el concepto y su realización.
[2] Es decir, que no
presentaremos tres historias paralelas en el sentido que no se vinculen entre
sí, sino todo lo contrario; Tiene que darse con necesidad aquel proceso de
superación, negación-conservación y por ultimo elevación, como el mismo Hegel
lo expresaría con el termino alemán “aufheben”, pues aquí no hay lugar para lo
contingente. Demás es sabido que el lenguaje alemán, y lo diría el mismo Hegel,
permitiría ciertos juegos o licencias para hacer una verdadera filosofía, y
sobre todo como diría J. Xubiri “no hay una verdadera filosofía sin un dialogo
con Hegel”.
[3]Acá nos detendremos es
las partes clásicas de la historia: griega, medieval, moderna y contemporánea,
haciendo hincapié a la filosofía Hegeliana como un gran proceso de
secularización.
[4] Aquí Dios es un
olvido intencional, pues la realidad de Dios subordina a la persona. La
propuesta marxista es expuesta aquí como una “antítesis” del espiritualismo
Hegeliano, con el cual llegaremos entender las propuestas materialistas
bioéticas en el estado actual.
[5] Deuteronomio, 6,4.
“Escucha Israel: el señor tu Dios, es el único Señor”
[6] Shemot (Éxodo)
3:14 Y dijo Dios a Moisés: Ehyé asher
Ehyé (seré el que seré). Dijo, además: Así dirás a los hijos de Israel: Ehyé me
ha enviado a vosotros. (Vayomer Elohim el-Moshe
eheyeh asher eheyeh vayomer koh tomar livney Yisra'el eheyeh shlajani aleyjem)
En internet podemos revisar el siguiente enlace.
http://shalomhaverim.org/shemot_en_espanol_cap.3.htm
[7] La cultura medieval
ya en decadencia, al igual que la teología escolástica, daba inicio al
renacimiento y al humanismo; donde surgían nuevas ciencias, que con la imprenta
se difundieron con mayor rapidez, aparecen las conquistas de las nuevas
tierras; aparece el “conciliarismo” pues ya no se sabe dónde se encontraba el
legítimo poder si en Francia o en Roma, a esto se le sumaba el bajo nivel de
formación del clero y por ende la ignorancia del pueblo cristiano. En general
el contexto histórico fue difícil para la iglesia católica, que estaba
representada por el papa León X, que se le asociaba con las ventas
indiscriminada de indulgencias por la construcción o reconstrucción de la
iglesia de San Pedro.
[8] 2 Timoteo 3, 16.
[9] Efesios 2,8-10;
Romanos 1.17.
[10] Hegel parte de la
experiencia que en todas las civilizaciones, en todas las religiones y
filosofías, el hombre encuentra la realidad como separada de sí mismo, ese
hombre se encuentra como extraño “FREMD” a las cosas, como hostil
(“FEINDSELIG”) a ellas, las cosas y las personas constituyen un no-yo, por eso
el hombre experimenta el sentido doloroso de desunión (“TRENNUNG”), alejamiento
(“ENTFREMDUNG”) y alienación (“ESTAUSSERUNG”). Cf. “Génesis, Estructura, y
crisis de la modernidad” por Carlos Valverde. Biblioteca de Autores Cristianos
1996. Pág. 243.
[11] La dialéctica se
convertirá en la nueva metafísica, es decir, el saber ya no partirá del
análisis inmediato de la realidad, sino parte de la “Idea”, y de ahí pasa al
ser. Queda claro que la dialéctica es una construcción mental, que tratará a la
religión como algo ya no trascendental, sino de un modo racional inmanente, es
decir que será expuesta como un tratado sobre la realidad de modo simbólico, y
no racional, pues sólo la filosofía (idealista) con el método dialéctico es
capaz de ese absoluto.
[12] Entre otras opiniones
de otros filósofos podemos aprovechar las menciones de Marco Tulio Cicerón en
“Sobre la naturaleza de los dioses” y el
libro alfa de la metafísica de Aristóteles.
[13] Ex3.14; Juan 14.6.
[14] La metafísica es la
expresión más alta que tiene el mismo hombre y es aquí donde la razón humana
toca su culmen de su naturaleza racional y se abre a la religiosidad, en efecto
la religiosidad representa la expresión más elevada de la persona humana porque
es el culmen de la naturaleza racional. Ver pie de página n° 28 de la Carta
Encíclica “Fides et Ratio” de Juan Pablo II.
[15] El problema recae ya
no solo el conocimiento del hombre sino también en la moralidad, pues ya no hay
verdades universales del bien o mal, ya que limitarían la trascendencia de
Dios, ellas se defienden en un simple acto arbitrario de Dios. Así el ser
comienza a ser destruido por el querer.
[16] “Res extensa”
[17] “Res cogitans”
[18] Puede verse a modo
de ampliación del tema “Génesis, Estructura y Crisis de la Modernidad” de
Carlos Valverde. BAC. 1996, pág.44ss. Pero sobre todo fijarse en el pie de
página número nueve donde se da una descripción algo más detallada de los
contraargumentos en el caso galileo. Y donde algunos autores como Von
Weizsäcker y G. Altner, “proponen una vía directísima del método matemático
propuesta por Galileo conduciría a la bomba atómica”. Otras consecuencias del
método matemático: abren las puertas al criticismo y al positivismo. Sólo
importará la eficiencia de la técnica, olvidaremos el movimiento metafísico, el
cual será reemplazado por el movimiento mecánico, perdiendo arquetipos de
verdad, belleza y bien. Añadiendo a todo esto la angustia que siente el hombre,
por su experiencia de soledad y de
inseguridad, ya que la tierra, es más el sistema solar no es el centro del
universo, y a la par dejaba de ser el centro de la creación, no hay un arriba
ni abajo, el hombre se encuentra en un espacio inmenso crecimiento infinito.
(idea desarrollada por Giordano Bruno).
[19] "Dos amores
fundaron, pues, dos ciudades, a saber: el amor de sí mismo hasta el desprecio
de Dios, la terrena; y el amor de Dios hasta el desprecio de sí, la celestial.
La primera se gloría en sí misma; la segunda se gloría en el Señor"
Civitas Dei cap XI. Ahora el propósito de los filósofos laicos es la creación
de un estado laico donde se entenderán el por qué de las “nuevas religiones”
[20] En el Idealismo
Alemán como en el racionalismo cartesiano se concibe un nuevo principio de la
realidad, que ya no siendo Dios, el hombre ocupa este lugar por medio de su
razón, así elimina todo misterio, todo tipo de asombro, de ilusión y de
adoración.
[21] Sea cual fuere la
diferencia entre estas posturas tienen como punto de coincidencia la
interpretación racional del mundo según el modelo matemático, es decir el
conocimiento empírico, como Dios escapa a este enfoque, queda fuera de toda
ciencia, convirtiéndose la teología y la teodicea en fuente de palabrería. Dios
queda reducido a la categoría de casualidad, y sin Dios, la existencia humana
se perderá en el nihilismo, quien le ha robado el alma al hombre.
[22] Véase “Dios y la
filosofía” de Etienne Gilson. Emece Editores. S.A. Buenos Aires. Traducido por
Emerito Náñez. también Véase
“Naturaleza, Historia, Dios” de Xavier Zubiri. Editora Nacional- Madrid.
1974. Sexta edición.
[23] Acá presentaremos un
nuevo problema de Dios, es decir: Hablar de un Dios inmanente no es hablar de Dios propiamente, pues no es un
Dios que ha descendido de lo alto para estar con nosotros, no ha descendido de su
ser trascendental a nuestras categorías racionales, si no es un subir de
nosotros aún más allá de nuestros propios límites (de la razón) y que termina
de por si endiosada mediocremente. El
problema por lo tanto no es la negación de Dios en sí, sino una de sus
características.
[24] A tener en cuenta el
hombre ahora se presenta como un sistema de necesidades naturales que para ser
satisfechas se dirige a la naturaleza por medio del trabajo, de donde nace el
materialismo economicista. El ser humano se va apropiando de las cosas, de
donde surge el binomio en el hombre y luego reflejado en la sociedad, el
dominante (amo) y el dominado (esclavo).
[25] El problema del
trabajar en la ciudad es que se aliena al individuo, se trabaja en fabricas, no
hay un trabajo directo con la naturaleza, se enajena en la producción y se
vende aquella producción, el ser recae en un ser visto Unidimensionalmente.
Para tal propósito ver “El hombre Unidimensional de Herbert Marcuse. Además de
esta visión podemos agregar que bajo el conocimiento tecnificado de las
ciencias, el hombre no ha caído en conciencia que a mayor tecnología mayor
separación de clases.
[26] Trata de
corresponder con la verdad acerca del hombre, parte del ser humano en cuanto
persona, de su estructura ontológica abierta a la trascendencia. Ese tipo de
bioética se fundamenta en que el hombre es una realidad trinitaria, cuerpo alma
y espíritu, y por lo tanto tocar una parte constitutiva del hombre es tocar a
toda la persona humana, desde el momento de su concepción.
[27] Declaración “sobre
el aborto”
[28] Declaración Iura Et
Bona.
[29] Introducción “Donun
Vitae”
[30] Instrucción
“Dignitas personae”